Dr. Dunkenstein vs Dr. Funkenstein (y su ‘Atomic Dog’)

Recomenzó este blog hace dos semanas con aquella boutade de Michael Jordan de probar en el béisbol, y hay que volver a mencionarla. Resulta que una de las sensaciones del curso, Donovan Mitchell, el novato de los Jazz, luce desde siempre el número 45 en su camiseta en tributo a Jordan (era el que llevaba su majestad aérea con los Chicago White Sox, o más bien con uno de sus equipos asociados).

Mitchell, como comprobamos en Generación NBA, goza de los consejos de un gran exjugador, Darrell Griffith (en la foto de la derecha). Vidas paralelas las de ambos: Dr. Dunkensteinescoltas bajitos pero muy atléticos, formados en la universidad de Louisville y con estrellato profesional en Utah. Griffith no llegó a ser All-Star pero, formando un dúo demoledor con Adrian Dantley, promedió más de 20 puntos por partido en sus cinco primeras campañas en Saint Lake City. Luego una fractura en el pie y la irrupción de Stockton y Malone redujeron sus números y su rol con los Jazz, su único equipo NBA (11 temporadas). ¿Su mayor logro? Además del título de la NCAA con los Cardinals (1980, partido completo), su importancia como dunker. Le vino al pelo que se levantara la veda universitaria del mate (entre 1967 y 1976, a raíz del dominio de Lew Alcindor) justo cuando llegaba a Louisville. Y pudo competir entre los favoritos en los concursos inaugurales de la especialidad dentro de la NBA: el que ganó Larry Nance en 1984 y el que encumbró a Dominique Wilkins un año después. Ahí va una muestra del arte volador de Griffith:

Pero lo mejor, aún si cabe, de Darrell Griffith es su apodo principal (además de The Golden Griff), de los más coloridos de la historia del basket: Dr. Dunkenstein. Obviamente, está Frankenstein detrás, aunque el mote proviene de uno de los muchos alter egos que empleó el músico George Clinton: Dr. Funkenstein. A Darrell se lo puso su hermano, fan acérrimo de Parliament, la banda con la que Clinton (también con Funkadelic) revolucionó la música negra en los setenta mezclando funk, psicodelia y estética futurista, además de exhibirse como el hombre más extravagante del negocio. Perfectamente lo resumen sus espectaculares shows en directo (nave espacial incluida):

La canción del vídeo pertenece al álbum The clones of Dr. Funkenstein, publicado en el verano de 1976, cuando Griffith ingresó en la universidad. Luego el Dr. Dunkenstein y sus compañeros en los Cardinals campeones frente a UCLA (Derek Smith, Wiley Brown, los hermanos McCray…) serían conocidos incluso como The Doctors of Dunk.

Y hay otro tema de Clinton con probables connotaciones baloncestísticas, Atomic Dog. Lo lanzó como single en diciembre de 1982, tras optar por una carrera bajo nombre propio aunque aún con el respaldo de buena parte de sus colaboradores. Lleno de sintetizadores y cajas de ritmo, ese perro atómico se mantuvo un mes en el nº1 de las listas de R&B y ha sido durante años objeto de culto y sampleo para múltiples artistas de hip hop. El impagable vídeo oficial, con sus guiños a los dibujos de Tex Avery:

Cabe pensar que su ritmo infeccioso y su título llegaron a oídos de Mychal Thompson, el padre de Klay, astro entonces de los Blazers (promedió un 20+10 en el curso 81/82), poco después de que Audie Norris debutara con la franquicia de Portland en la NBA. A Thompson le impresionaron los mates de su joven compañero y decidió llamarle Atomic Dog. Norris permaneció tres años (82-85) en Oregón antes de jugar en Europa y convertirse en leyenda como azulgrana. Quien no lo recuerde como ‘blazer’, que le dé un vistazo a las dos últimas canastas del siguiente resumen. Era la primera ronda de los play-offs de 1985 y, pese a no ser mates, sellaron la eliminación de los Mavs de Mark Aguirre y compañía.

RAMÓN FERNÁNDEZ ESCOBAR

@RamonFdezEs

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