Glory Days: Jordan, Springsteen y el béisbol

La aventura en el béisbol de Michael Jordan. Aquel sueño de su padre de vérselo practicar como profesional volvía a ser noticia: centrará una nueva película, The Prospect, producida por el amigo de su majestad aérea Will Smith. Jordan anunció su primera retirada de la NBA en octubre de 1993, muy afectado por el asesinato del progenitor el verano previo a manos de dos adolescentes que buscaban robar su coche. La estrella de los Bulls fichó en febrero del año siguiente por los Chicago White Sox. Y aunque solo militaría a la postre en un filial de las ligas menores y anunciaría su retorno al basket en marzo de 1995 (con la MLB en huelga), la decisión causó gran revuelo y dejó escenas curiosas. Como esta ovación compartida por las aficiones de Sox y Cubs, rivales en Chicago, tras uno de sus bateos en un partido de exhibición:

Otra noticia prenavideña, la gira de Little Steven después de años sin asomar por nuestros escenarios (en el basquetbolero Palacio Vistalegre en Madrid), me ha hecho recordar una de las canciones ligadas al béisbol, Glory days. No es suya sino de su antiguo jefe, Bruce Springsteen, que le invitó a participar en el vídeo a pesar de que ya había abandonado la E Street Band. Para los no iniciados, el pequeño Steven, Steven Van Zandt (Silvio Dante en la serie Los Soprano), es el del pañuelo pirata, la mandolina y la sobreactuación facial:

Hablamos del quinto single de la explosión del Boss en ventas, Born in the USA (1984). El álbum salió dos semanas antes de que Jordan cayera hasta el tercer puesto del draft de la NBA (los Blazers prefirieron al gafado Sam Bowie). Y Glory days no se publicó como sencillo hasta bien entrado 1985. Si su videoclip, obra de John Sayles, se grabó en un bar de Hoboken, en New Jersey, la inspiración para componerla provino de otro encuentro tabernario en el estado natal del músico. Ocurrió en el bar Headliner, en Neptune (NJ). Verano de 1973, Bruce entraba y se topó en la puerta con Joe DePugh, un excompañero de aulas y deporte al que no veía desde el instituto. Su brillo como pitcher de high school está detrás de la primera estrofa de Glory days (I had a friend was a big baseball player / Back in high school / He could throw that speedball by you / Make you look like a fool boy / Saw him the other night at this roadside bar/ I was walking in, he was walking out / We went back inside sat down had a few drinks / But all he kept talking about was / Glory days well they’ll pass you by / Glory days in the wink of a young girl’s eye / Glory days, glory days). Los dos posaron en otro reencuentro, muy posterior al disco:

Bruce & Joe

Lo curioso es que DePugh luego se pasó al baloncesto, como anónimo jugador universitario del King’s College, en Pensilvania. Prefirió su beca a probar suerte en un tryout con Los Angeles Dodgers. Hoy no habría sido posible: dicha escuela pertenece a la tercera división de la NCAA (no existía la categoría en 1973), donde no se pueden ofrecer ayudas económicas a deportistas. Él, por lo menos, recordaba su gloria como pitcher juvenil, algo que no tuvo Jordan como bateador profesional. La historia de este entre canastas es otra cosa, en una galaxia ajena al tono agridulce de los personajes nostálgicos que pueblan la letra de Glory days. De todas las versiones, la que mejor plasma la melancolía del texto corresponde a la canadiense Basia Bulat. Voz, autoarpa y piel de gallina:

Glory days fue interpretada por Bruce y su banda en la Super Bowl de 2009 con pequeños cambios en la letra para asociarla al football (Clarence Clemons, el saxofonista, había visto de joven truncadas sus esperanzas de jugar en la NFL por un accidente automovilístico). La canción también se emplea como himno victorioso oficial de los New Jersey Devils de la NHL. Hay quien piensa que Springsteen encontró en Clemons y Van Zandt (desde Born to run, en 1975) algo parecido a lo que Jordan, más de una década después, vería en Scottie Pippen y Horace Grant: compañeros en los que confiar para alcanzar juntos el triunfo. Liderados en los Bulls por el tipo más competitivo que Will Smith haya conocido jamás, según dijo hace días en el show de Jimmy Kimmel. Alguien capaz de proponer carreras hasta para beber un vaso de agua. ¿La excepción, en la versión humorística de Smith? El momento de hacerse cargo de la cuenta en el restaurante:

RAMÓN FERNÁNDEZ ESCOBAR

@RamonFdezEs

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