Con la Final Four de la NCAA aún viva en el recuerdo, sigue llamando la atención que Tom Izzo lograra meter a sus Spartans entre los cuatro mejores del baloncesto universitario. Michigan State se coló en la fiesta de Indianápolis pese a ser un séptimo cabeza de serie y con un grupo de jugadores sin excesiva proyección. Entre ellos, el de nombre más cachondo de todos los participantes: Lourawls Nairn Jr, alias Tum-Tum. Un base novato bahameño de apenas 1,78, convertido en titular en la última recta de la regular season y, aunque veloz, muy verde para brillar bajo los focos.
Aún así, Izzo ve en él a uno de los líderes del equipo para el próximo curso. Si el senior Denzel Valentine será “su Batman”, a Lourawls Nairn le corresponderá “el papel de Robin”, en palabras del coach. Metáfora de comic para hablar de un playmaker con mote en esa onda: Tum-Tum era el apodo que recibía uno de los tres hermanos protagonistas de la peli Tres pequeños ninjas. Por lo visto, tan comilón como se mostraba de pequeño el jugador. Pero el nombre de pila de Nairn se lleva la palma: proviene de unir el nombre y el apellido del cantante estadounidense de soul y jazz Lou Rawls. La gracieta se les ocurrió a los abuelos, melómanos, al llamar así al padre del baloncestista, algo que luego heredó el nieto. Ahí va una muestra sobre las tablas del gran Lou Rawls, muy pausado en comparación con su tocayo:
De Rawls, el mismísimo Sinatra llegó a decir que poseía “la voz más clásica y sedosa del mundillo de la música”. Muy aficionado al basket, por otro lado, quizá no era, porque Rawls cantó en vivo el himno nacional en múltiples eventos deportivos pero nunca baloncestísticos. La única asociación de su nombre con la NBA sobrevino una vez fallecido y por vía interpuesta, en forma de demanda: su viuda le reclamó una cantidad de dinero a la mujer del alero de los Clippers Matt Barnes. Pero esa es otra historia.
Lucir un soulman en el pasaporte ya lo hace desde antes Marvin Gaye Williams, el jugador de los Hornets conocido simplemente comoMarvin Williams. La ocurrencia empezó con una abuela que le puso el nombre del mítico autor de What’s going on al padre del deportista. Y a este también le cayó por tradición familiar. Campeón universitario como sexto hombre freshman de los Tar Heels, nunca ha respondido a las expectativas de ser un nº2 del draft (2005) que, para colmo, rinde homenaje en su nombre al, para muchos, nº1 del soul. El cantante está de actualidad, por cierto, por la sentencia (pendiente de recurso) que obliga a Robin Thicke y Pharrell Williams a pagar siete millones de euros a los familiares de Gaye por plagio de uno de sus temas, Got to give it up. Adivinad qué canción está supuestamente basada en él. Sí, la archipopular Blurred lines (aquí su videoclip). La misma que parodiaron en el pasado curso los Atlanta Hawks, el primer equipo profesional de Marvin Williams, para promocionar su código de conducta en el pabellón. Ironías de la vida.
En cualquier caso, el ejemplo más alucinante de bautizo por admiración en el ámbito NBA, corresponde a Francisco Marinho Elson, el exjugador holandés de Nuggets, Spurs, Bucks y Jazz. Su progenitor idolatraba tanto al futbolista internacional brasileño de los setenta que incluyó hasta su apellido en el nombre compuesto de su vástago. Fuera o no su familia aficionada a la música, a Elson le recuerdo en su etapa blaugrana con un discazo bajo el brazo en el Palau: Vodoo, segundo álbum de D’Angelo, uno de los grandes actuales del soul. De hecho, el regreso de este, 14 años después, con su tercer trabajo de estudio supone una de las mejores noticias para el género: vale la pena escuchar ese reciente y extraordinario Black Messiah. Y no sé si Phil Jackson verá como mesías para los Knicks al tocayo del músico que juega en Ohio State, D’Angelo Russell (su nombre, que yo sepa, no es un tributo), uno de los mayores talentos ausentes en la Final Four. Pero nada le libró al Maestro Zen de la multa de la NBA por opinar sobre Russell en los medios tras seguir en directo sus evoluciones. Un escolta zurdo anotador, un poco a lo James Harden, capaz de dar pases espectaculares. Ahí queda una muestra:
RAMÓN FERNÁNDEZ ESCOBAR
El blog de Ramón Fernández 