Jabari Parker, su espejo roto y el nieto del bluesman

Benji y un número 25. El tributo lo rendía en las zapatillas todo el equipo del Simeon High School de Chicago por iniciativa de su última gran estrella, Jabari Parker. Homenajeaban a Benji Wilson, primer baloncestista de la ciudad elegido mejor jugador de instituto en Estados Unidos. Y asesinado al poco, en 1984, con apenas 17 años. Jabari, tras solo una campaña universitaria en Duke, apunta a una de las dos primeras plazas del draft (madrugada del jueves al viernes, 1:00, Canal+Deportes) con sus cualidades de “un Grant Hill con tiro exterior”, como le definió en su día Dime Magazine. Su paso por Simeon reportó a la escuela cuatro títulos estatales consecutivos y brillantes imágenes como estas:

Benji Wilson solo llevó una vez a Simeon al trono del estado de Illinois, pero aunque por el instituto desfilaron nombres como Nick Anderson (su compañero y amigo), Deon Thomas (jugador ACB), Bobby Simmons (mayor progresión en 2005 en la NBA) o, sobre todo, Derrick Rose (con el 25 en la camiseta), su mito sigue vivo. “Un Magic Johnson con más tiro”, según su entrenador de entonces. Benji empezó de base, dio un estirón repentino hasta los 2,03 y dejó muchos momentos álgidos:

Su tragedia la recoge el documental Benji: the true story of a dream cut short (aquí el trailer), dirigido en 2012 por Coodie & Chike, cuya fama proviene de ser responsables de varios de los videoclips del primer Kanye West. Por ejemplo, el de su estreno en single como solista, Through the wire, donde el músico reflejaba las secuelas (con la boca aún cosida) de un grave accidente de automóvil. El dúo detrás de las cámaras lo forman dos tipos de Chicago que confiesan haberse colado de críos en algún entrenamiento para seguir las evoluciones de Benji Wilson. En el siguiente clip de Two words, otro de los cortes del álbum de debut de Kanye, hacían un guiño al basket al incluir la estatua de Michael Jordan que se levanta junto al United Center (minuto 3:58):

De la muerte de Benji se acusó a dos adolescentes, también menores, Billy Moore y Omar Dixon, penados con 40 y 30 años de cárcel. La sentencia habló de intento de robo, pero la versión que da el documental, con el testimonio de quien hizo los disparos, Moore, lo niega. Y asegura que Dixon nada tuvo que ver en la fatal discusión, un absurdo quítame allá esas pajas por un empujón inadvertido que condujo a la muerte del astro (tampoco ayudó el que no se le llevara a un centro médico adecuado). Dixon pasó tres lustros en prisión, y ha vuelto a ella por un intento de atraco a mano armada. Habría sido un nuevo golpe para su célebre abuelo si este no hubiera fallecido. Porque Omar Dixon es nieto del gran Willie Dixon, institución del blues de Chicago mil veces versionada.

Su Little red rooster fue un hit para los Rolling Stones en 1964, el único blues puro capaz de coronar las listas británicas. Ahora queJagger, Richards y compañía acaban de pasar por Madrid, vale la pena verles interpretarlo aquí junto a Tom Waits (ojo a cómo se desgañita con los sones del pequeño gallo rojo) en un concierto reciente. Y para quien tenga curiosidad por conocer las virtudes de Willie Dixon más allá de su talento como compositor, a continuación canta (con Stephen Stills al lado) uno de sus propios temas, Back door man. No alude a la ‘puerta atrás’ baloncestística, pero sin duda nos sirve.

RAMÓN FERNÁNDEZ ESCOBAR

@RamonFdezEs

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