Red hot guindilla para los Lakers

“Niño, calla o te froto la boca con guindilla”. Ese era el mantra de mi abuela cada vez que un nieto soltaba un exabrupto. Y un remedio bien picante sugiero yo para Magic Johnson. Icono de los Lakers, personaje clave en la conciencia global respecto al SIDA (el documental Magic da la cara  aún se emite en Canal+) y todo lo que se quiera, pero un bocazas cada vez que habla de la actualidad púrpura y oro. El mismo Magic que reclamaba el traspaso de Pau Gasol por el purasangre Josh Smith pedía hace días un juego más lento y explotar los recursos del catalán en el poste. Pura contradicción, privilegio de ser leyenda.

La más picante de todas las guindillas, la de Red Hot Chili Peppers, viene al pelo sin embargo para ser positivos en medio de la deriva de los Lakers (sus tres últimos triunfos son balsámicos pero menores). Si buscan y no encuentran el espectáculo del run & gun y se espera a Steve Nash como mesías, qué mejor que recordar los tiempos del showtime impulsado por un jugador mágico. Los Peppers resumieron dicho esplendor en Magic Johnson , canción tan frenética como el ir y venir en la cancha de aquel equipo ochentero. La grabaron para su disco Mother’s milk (1989), dos años antes de tocar cumbre con Blood Sugar Sex Magik. Por cierto, este último título nada tiene que ver con la magia del base. El álbum, no es coña, se registró en la antigua mansión del mago Houdini (lo cuenta otro gran documental, Funky Monks).

Flea-purple-bass

El cantante Anthony Kiedis y el bajista Flea siempre han militado como fanáticos del equipo angelino: el segundo hasta mantuvo unblog lleno de pasión por los del Staples y previsible tirria por los del Garden. ¿Su peculiaridad? Flea no usaba ni puntos ni comas. Kiedis nos ametralla en Magic Johnson con una letra sin desperdicio (aquí entera), que se abre con la definición del equipo como contragolpeador: “L.A. Lakers fastbreak makers”. A Johnson se alude varias veces como Buck, que es el apodo que tenía en el vestuario, nadie le llamaba Magic. ¿Por qué buck? Quizá por el significado arcaico de la palabra, joven atrevido y a la moda, aunque también significa dólar o, en fauna, el macho de algunas especies. Los Peppers comparan sus penetraciones con un tren bala (“penetrating the lane like a bullet train”) y advierten a los rivales del peligro de verse reducidos a escombros por un triple doble (“triple double trouble is coming to town and he’s going to make rubble”). Más allá de ese Magic letal, hay armas como el tiro de Byron Scott(“Scott stops, pops and drops it in”) o los mates de James Worthy (“Worthy’s hot with his tomahawk”). Y otras secundarias: el obrero A.C. Green solo aparece para chocarle los cinco a Scott tras una canasta de este (“on his way back gets a little skin of a hand of a man named A. C. Green”).

Kareem Abdu Jabbar merece capítulo aparte, y no sólo por el tema intrumental Salute to Kareem  que, en forma de maqueta, enriquece la reedición del mismo disco que alberga Magic Johnson. La letra de esta se refiere a él como alguien que se sienta en un trono (“sits in a throne”) no por sus records sino por ser valiente y parco en palabras. Es un guiño a esta escena  de The Game Of Death, la peli queBruce Lee dejó inconclusa al morir. Bruce Lee y Kareem, que empieza sentado, se dan cera en una pagoda durante minutos y minutos. ¿Kareem? ¿El estilista del parqué? ¿El ser espiritual? Bueno, no siempre ponía la otra mejilla, como prueba su incidente  con Kent Benson. Bruce Lee y su mono amarillo inspiraron a Tarantino el que lucía Uma Thurman en Kill Bill . Y el personaje de ella, claro está, solo podía tener un nombre muy laker: La Mamba Negra .

Ramón Fernández Escobar

@RamonFdezEs

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